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Diágnostico

operación y recuperación

ENTREVISTA CON ROSA RUBIO PARA SU LIBRO, EL PODER DE QUERER

Yolanda es luz y energía. Su voz suave me envuelve y consigue reducir el impacto que me provoca su experiencia con esta enfermedad.

En noviembre de 2017, mientras se preparaba para el rodaje de la segunda temporada de “Gigantes” tuvo el ictus y, a pesar de él, con mucho esfuerzo la grabó como pudo.

Por lo que me cuenta, Yolanda es de esas personas que consiguen lo que se propone, sin perder la esperanza ni sobre todo la sonrisa. En nuestras charlas, el sentido del humor y las carcajadas están muy presentes y nos acercan todavía más.

Cómo todos los que sufrimos esta enfermedad, Yolanda se reinventó y reconvirtió su proyecto DANZEN, que había diseñado antes del ictus, para ayudar a las personas con problemas de movilidad.

¿Qué recuerdas de los días previos a tu ictus?

Eran días de mucho estrés profesional.

Me estaba preparando para el rodaje de la segunda temporada de “Gigantes” y me habían comunicado la vuelta de “Forever King of Pop”.

Cuando llevábamos una semana de ensayos, grabé la voz en off de un vídeo llamado “Contraluz” en el que contaba cómo una bailarina que había dedicado su vida a bailar, es sorprendida por la oscuridad, (la enfermedad). Sumergida en ella, decide luchar y, aunque no pueda volver a bailar, sí puede, eligiendo la luz, volver a enseñar.

¿Qué sentiste cuándo tuviste el derrame y qué tratamiento seguiste?

Al día siguiente de grabar la voz en off, me sentía rara y muy cansada, vomitaba, perdida el equilibrio y veía doble.

En urgencias me pincharon primperán y me mandaron a casa con este medicamento en pastillas, pensaban que era un virus intestinal.

Gracias a mi hermana Carmen que es enfermera y a la que no le cuadraban los síntomas, volví y, tras los resultados de una resonancia, me dijeron que había tenido un derrame cerebral por un cavernoma cerebeloso.

A los tres meses del derrame, me operaron y extirparon el cavernoma que estaba más profundo de lo que mostraba la resonancia y, en consecuencia, me afectó más de lo previsto a toda la parte derecha de mi cuerpo.

A los diez días de la operación, cuando estaban a punto de darme el alta, empecé a tiritar. Me hicieron una punción lumbar y detectaron que tenía meningitis. Tuvieron que reabrir la cicatriz de la cabeza, retirar la placa y limpiar la zona.

¿Qué secuelas tuviste tras la operación?

Tenía una sensación constante de mareo, sin equilibrio, no podía andar, veía doble, no articulaba bien las palabras, tenía un hilito de voz y muy nasal, sin apenas proyección, me suponía un gran esfuerzo decir más de una frase seguida, por lo que mi mente se acostumbró a ahorrar palabras. Tenía un temblor constante al hablar, en el brazo y pierna derechos, más falta de coordinación y precisión.Todo movimiento era muy lento.

Me convertí en una persona dependiente que necesitaba ayuda para todo.

¿En qué consistió tu rehabilitación y cuánto tiempo duró?, ¿Te ha quedado alguna secuela?

El primer año hice la rehabilitación en el hospital de Valdepeñas.

Ésta consistió en fisioterapia, logopedia y terapia ocupacional. También probé la acupuntura, Reiki y añadí los primeros ejercicios de DANZEN, del que luego te hablaré.

En una segunda etapa estuve interna 10 meses en CEADAC, centro especializado en daño cerebral, el tratamiento es muy personalizado con diferentes terapias, a nivel físico y cognitivo. Las principales para mí, fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia y optometría. También iba a la piscina adaptada y me traté con un kinesiólogo que realizó un trabajo holístico, restableciendo la energía, el movimiento y la salud de mi cuerpo.

Después del Ceadac me he seguido tratando y haciendo ejercicios que había aprendido.

A día de hoy, mis secuelas son parecidas pero, mucho más leves. No hay que dejar de utilizar la parte afectada, debes seguir esforzándote y proponiéndote nuevos retos.

En mi rehabilitación fue muy importante mi familia, tuve mucho apoyo, celebraban mis avances y me sentí muy acompañada emocionalmente, algo que considero fundamental.

¿Has podido reincorporarte a tu actividad profesional?

Al mes y medio de salir del hospital grabé como pude la segunda temporada de Gigantes, mi madre me acompañaba a los rodajes, me dejaban una habitación para que descansara antes de rodar cada secuencia y adaptaron mi papel a mi nueva situación. Fue muy duro pero me ayudaron mucho.

Agradezco a Enrique Urbizu y todo el equipo su apoyo.

Después de esto llevo tres años rehabilitándome sin poder trabajar.

Ahora sí puedo hacer cosas que no sean bailar.

¿En qué te ha cambiado esta enfermedad?, ¿Qué diferencias hay entre la Yolanda  actual y la anterior al ictus?

 

Valoro muchísimo el tiempo,  he aprendido que todo es temporal  y a tomar conciencia de lo perfectos que somos cuando estamos bien.

Ahora lo paso con personas a las que quiero como mi familia y verdaderos amigos, es lo más importante.

Mis padres en especial son sagrados para mí, ahora estoy con quien quiero estar, soy más auténtica y más fiel a mí misma, mucho más sensible, más empática. Me quiero y respeto más.

He aprendido a no dar nada por hecho.

Quiero calidad y no cantidad. Creo que es muy importante hacer algo que te guste, lo que sea pero que te guste.

Después de dieciocho años, volví al pueblo con mis padres y aquí sigo hasta que me llame Almodóvar, me dice sonriendo.

¿Por qué te apetece compartir tu experiencia?

Quiero lanzar un mensaje de que se puede mejorar mucho, de que debes creer en ti y en tus posibilidades y no tanto en lo que te dicen.

Me gusta pensar que a alguien le puede ayudar conocer mi experiencia, cómo la aceptación, adaptación y trabajo pueden ayudar a una mejor recuperación.

Que hay que permitirse venirse abajo pero no quedarte ahí, que los pequeños logros sean el motor de querer seguir avanzando. Que hay que hacer el 100% para intentar conseguir lo máximo posible, que hay que hacer más, pensar menos y evitar recrearnos en la desgracia.

Hacer del limón más amargo, la mejor limonada que uno pueda.

Material de rehabilitación

Algunos elementos que utilizaba como material de rehabilitación.