Cuando me propusieron montar las coreografías de este espectáculo, automáticamente llamé al que sería mi asistente de coreografía, Koldo Mikel López. Un compañero de “Peter Pan”, quien llevaba muchos años imitando a Michael. Su papel fue fundamental, además de montar algunas coreografías conmigo, nos enseñaría todo lo que hubiera de Michael como tal.

Un día, mientras hacía mis compras en el supermercado, estaba en la sección de tomate frito y escuchaba una de las canciones de Michael Jackson, earth song. No tenía que coreografiarla, sin embargo, la visualicé entera. Contaba el maltrato al que sometemos al planeta. Me emocionó profundamente, tanto que no pude contener las lágrimas en aquellos pasillos. El impulso que sentía era lo que he sentido otras veces en mi vida, que “sin saber por qué, sabes que eso es”. Lo compartí con Jesús y con el productor y, entonces, decidieron incorporarla al espectáculo convirtiéndose en uno de los números más especiales.

Durante este tiempo, se dieron algunas sincronías, como si el universo estuviera conspirando a favor. Iba siempre con los cascos, inmersa en los temas de Michael Jackson. Una tarde, caminando hacia mi casa iba escuchando «Blak or White», y me llamó la atención un mercadillo que habían puesto al lado de mi casa. Me acerqué y, cuando me quité los cascos, en uno de los puestos sonaba ¡el mismo tema! Y no solo eso, la canción iba por el mismo punto que yo estaba escuchando. Fue una coincidencia asombrosa que me hizo sentir una sincronía muy especial. ¡Parecía magia! ¿Dónde estaba la cámara?

Mi labor de capitana en “Hoy no me puedo levantar” me ayudó muchísimo. En el calentamiento coreografiado de los ensayos, empecé a introducir posturas de yoga. Era increíble ver cómo bailarines urbanos buenísimos, pero sin elasticidad, iban ganándola en poco tiempo

Los bailarines hicieron aportaciones creativas. Se sentían partícipes y motivados. Introducir algunas, me parecía más inteligente y enriquecedor, para ellos y para el espectáculo, haciendo que el resultado fuera mejor.

Terminamos la temporada en Madrid, y en dos meses iniciaríamos la primera gira por España. Koldo no quería ser capitán así que, se lo ofrecí a un bailarín que sabía que sí quería, de hecho, se ofreció a ayudarme, porque me dijo que me veía muy sola.